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Por fin el avión aterrizó después de ocho largas horas de vuelo, teníamos muchas ganas de ver esa tierra tan verde que habíamos visto desde las alturas, al salir sentimos un sopor terrible  y pensamos que debían de ser las turbinas del avión pero el avión se fue alejando y el sopor hay seguía aunque era muy temprano.

Pasamos por el control de pasaportes, estaba todo muy mal organizado, que lentitud, luego la aduana,  lo mismo, veníamos del primer mundo y allí ¿qué pasaba? es que, ¿nadie tenia prisa?

Fue horrible pero ya conseguimos salir y sí, estaba nuestro chofér esperándonos como habíamos concertado, nos recibió con un cartel en el que ponía «SOCIALHOLIC»  su nombre era Patxi.

Nos recibió y rapidamente nos oriento hasta un ascensor que daba directamente a la zona de salida, allí había dejado su TAXI. Pero cuando las puertas se abrieron, había que ver la cara de Patxi, era un poema, su taxi no estaba.

No sabia que decirnos, se le notaba avergonzado pero a la vez enfadado nos dijo; – ha sido LA GRUA de aena.

Al parecer, el diseño de  la terminal del aeropuerto, fue un error total por parte del arquitecto en cuanto a practicidad, no había papeleras, amenazaba con derrumbarse y no había sitio para los taxistas que no estaban en la cola de los taxis.

Eran chóferes que estaban en redes sociales que esperaban a sus clientes y les daban algo más, hablaban sus idiomas o les dejaban un Ipad para el camino o tenían corriente de 220V en el taxi para que cargaran sus móviles o llevaban un desfibrilador de emergencia, eran guías y solían ser recomendados por otros turistas en muchos casos ya amigos.

Pero el TAXI no estaba, dijo que se lo había llevado la grúa, pensamos que eso era igual normal en un país así,  en el nuestro nunca pasaría ¿verdad?

En esto que aparece la grúa y Patxi se tira hacia ellos demostrando una gran soltura y con el portafolios que lleva en la mano les golpea y les pide explicaciones, discuten y casi … se golpean, al final Patxi se tranquiliza, entiende que las ordenes vienen de más arriba.

Hay que ir al deposito de coches a por el TAXI, antes se para a hablar con unos policías a los que cuenta lo que ha pasado; el dejo el taxi donde pone TAXIS AEROPUERTO como todos los días, ellos asienten que tiene razón pero no procede denunciar y que lo arregle con la seguridad del aeropuerto. Corre hacia la oficina de seguridad y habla con la administrativa, pide hojas de reclamación, le dicen que no tienen que vaya al parking a pagar. El no tiene dinero su dinero estaba dentro del auto. Pide hablar con el jefe de seguridad y le dicen que no puede que está reunido, solicita entonces el nombre del mismo, vuelve a llamar y le dicen que espere que ahora baja.

El señor trajeado que aparece es el inspector de suguridad, posiblemente tenga que ver con la retirada del vehículo quizá hasta dio  la orden a los operarios y entiende que no está bien pero argumenta radicalmente que : TE HA TOCADO, FUE POR SEGURIDAD, no hay más que hablar.

Pasa un gran coche de paseo, Patxi levanta el brazo ¡¡Txetxu mi hermano, llévame a estos socios!! nos montamos en ese gran auto un «Ford del año 59», Patxi luego nos visitaría para hablar de nuestro tour y quedando para el día siguiente.

A mitad de camino a nuestro Hotel nos para un policía, dice que la luz del carro esta fundida y que le acompañemos al cuartel. Detienen al conductor,  tendrá 5 años de cárcel ya que no tiene documentación, ni carnet nos dicen. !! Donde nos hemos metido!! pensamos nosotros. ¿Que es esto?

Al rato entra otro policía y vemos a  Txetxu hablar con él, sonríe le da la mano y oímos: – Ven aquí que te doy las llaves de tu moto, ¿estas son? – No aquellas – se las da nos hace un gesto para que salgamos de la comisaria, no podíamos salir de nuestro asombro, vamos al coche subimos y nos vamos. No entendimos nada, el dice que allí todo es así, un sin sentido ya que casi nadie tenía carnet. Nos llevó al hotel.

A la tarde llegó Patxi y nos contó que los mismos tipos de la grúa le llevaron con un coche asqueroso, sin limpiar en años, a su TAXI, a por el dinero y luego de regreso para que pagara la multa, esperándolo para llevarlo otra vez a su TAXI y que eso es normal que todo el mundo se putea, pero que luego no pasa nada, todo se olvida…….y tan amigos y que ademas aquí nadie importa a nadie, es la ley del mas fuerte.

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He vivido situaciones muy raras como la que pase en Cuba en el 95 con Otto nuestro chófer, al que un día viendo que una rueda tenia un bulto, se lo comente y me dijo que no era nada…. unos kilómetros más tarde reventó y me dijo que la culpa era mía por nombrar el bulto. El tipo no tenia rueda de repuesto y nos tuvo esperando dos horas hasta que regresó con la rueda arreglada. Nos dijo que era médico pero en realidad era técnico de rayos X.

Esta historia que he contado es una forma de ridiculizar a los responsables del aeropuerto de Bilbao – Loiu que me han hecho perder toda la mañana, al llevarse la grúa mi taxi y actuando como caciques de una república bananera.

Estos tipos seguramente puestos a dedo, por algún negro motivo, no respetan el trabajo de «los otros taxistas»,  los que esperan a sus clientes con un cartel, dejando a sus inocentes vehículos en manos de la «siempre obediente grúa.»

* Ya sé que aena es con mayúsculas pero que les den……para mi son minúsculos.